La musa desnuda - Capítulo 1
CAPÍTULO 1
UNA VIDA PERFECTA
El fuerte invierno sufrido esta temporada en
la congestionada ciudad de Nueva York, ha pasado, la constante sensación de
intenso frio, las calles blancas y los autos completamente cubiertos de la
nieve caída durante la noche, ya no se ven. Hoy, el ambiente es muy agradable,
la primavera ha iniciado y las calles se encuentran repletas de gente que
camina con rapidez de un lado para el otro, intentando hacer que el tiempo les
rinda.
Ya no pueden verse los tumultos de personas
en las entradas de los edificios, esperando calentarse un poco para poder salir
de ellos con seguridad.
Los autos circulan con normalidad y las
personas esperan para abordar los taxis en plena calle, sin el temor a quedar
congelados. La ropa, ese es otro detalle de esta temporada, todos han dejado en
sus casas, aquellos largos sobretodos, que usaban para mantenerse calientes y
protegerse de la nieve que caía constantemente.
Gary Rice, un hombre de unos 34 años, alto y
blanco, muy bien parecido y de contextura atlética, sale del edificio Rochester,
en donde trabaja; viste un traje de color negro y lleva en una de sus manos un
maletín ejecutivo. Gary es un abogado muy
dedicado y exitoso que trabaja en la firma Bowman y Asociados. Al igual que el resto de las personas, tiene mucha
prisa por salir. Todas las personas que
en ese edificio trabajan, se agolpan en la acera para tomar el primer taxi que
se detenga o pase frente a ellos, por eso, prefiere esperar un rato más hasta
que el volumen de personas baje un poco.
Gary ha esperado durante un largo rato y
cuando van a ser las siete de la noche escucha como suena su teléfono
celular. Se trata de su esposa Vicki,
que lo llama para recordarle que esa noche tiene un compromiso en casa de sus
padres y que no debe faltar, a lo que él le responde:
—No te preocupes, amor, allí estaré.
Pensando en que su vehículo lo dejó hoy en el
estacionamiento de la casa en donde vive, decide llamar a un Uber que lo recoja
y lo lleve directamente hasta la casa de sus suegros.
Unos minutos más tarde, un vehículo de color
plateado se estaciona frente al edificio y Gary comprueba que se trata de su
Uber, por lo que decide salir rápidamente del edificio y abordar el auto, que
de inmediato se pone en marcha hacia Loma Linda, en donde viven sus suegros.
Luego de un largo trayecto y un tráfico que
por momentos parecía no moverse, Gary logra llegar frente a la casa de la
familia Harper, que por demás se encuentra muy iluminada y repleta de personas,
seguramente invitados a la reunión. Gary
entra a la enorme casa y es recibido por una joven de servicio que muy
amablemente le toma el maletín para guardarlo en una de las habitaciones. Mientras se adentra en la casa, se consigue
con personas conocidas que lo saludan a su paso. Muy despacio continúa caminando hasta llegar
a la cocina en donde Vicki Harper, su esposa, se encontraba.
—Hola amor, que bueno que lograste llegar —saluda
Vicki mientras da instrucciones a un personal contratado para atender las
necesidades de la reunión y sus invitados.
—Si, tuve que pedir un Uber —comenta Gary.
—¿Y tú auto?
—Lo dejé en casa más temprano.
—Bueno, no importa, ya estás aquí.
—Si, eso es lo importante.
Vicki Harper es una mujer de unos 30 años,
alta, blanca, de cabello largo y muy negro, con una figura envidiada por el
resto de las mujeres que la conocen, es una profesional graduada de la
universidad de Nueva York en literatura y que trabaja como editora en la
Editorial Harper Books, la empresa de la familia, junto a su padre y su madre
que son los dueños y editores principales.
Gary y Vicki tienen ya cinco años que se
casaron y viven separados de sus padres en una zona de Nueva York, llamada Casa
Pocha, muy cerca del aeropuerto de La Guardia.
Aun no tienen hijos pues Gary quería esperar a tener un mejor puesto en
la firma y ella quería esperar a sentirse realizada, pero ese detalle no parece
importarles mucho. Juntos forman una pareja muy estable que no duda en
expresarse su amor en cualquier sitio y oportunidad.
—Vamos amor, busquemos a mis padres para que
los saludes —expresa Vicki tomando de la mano a Gary para salir de la cocina.
En solo un momento ambos han dado con los
padres de Vicki que se encuentran reunidos con otras personas en una de las
salas de la casa.
—Papá, Mamá, aquí está Gary —informa Vicki.
—Qué bueno que hayas podido dejar tus muchas
ocupaciones para acompañarnos —saluda Ian Harper en tono irónico.
—¿Cómo está usted, señor Harper? —responde
Gary.
—Muy bien muchacho, muy bien.
—Gary, ¿cómo está el trabajo? —saluda Ava
Harper, la madre de Vicki.
—Está muy bien, señora Ava, no tengo ningún
tipo de problema.
—Me alegra escuchar eso hijo.
Ian Harper es un hombre de unos 60 años, con
mucha clase y elegancia, nacido en la alta sociedad que toda su vida se ha
sabido manejar entre esos círculos. Es el dueño de la Editorial Harper
Books que tiene sus oficinas en Manhattan,
pero los talleres se encuentran ubicados en la ciudad de New Jersey. Ian Harper nunca estuvo de acuerdo con el
matrimonio de su hija y trata siempre a Gary de manera despótica, sin perder la
oportunidad de hacerlo sentir inferior.
Por su parte Ava Harper es una mujer unos dos
años menor que su esposo, que a pesar de su edad ha logrado mantener una figura
muy parecida a la de su hija Vicki, situación que la hace parecer de menor
edad. Cuando madre e hija, andan juntas,
quien no las conoce, acostumbra confundirse y creer que se trata de dos
hermanas. Ava es una mujer muy ingeniosa
que ha logrado, gracias a sus muchos viajes por el mundo, aprender el arte de
la creación de imágenes y a eso es a lo que se dedica por completo actualmente
en la empresa editorial, ella crea y cuida la imagen de los escritores que
llegan a la editorial durante sus campañas publicitarias.
—Gary, cuando tengas un tiempo, me gustaría
hablar contigo, quiero que me cuentes como van nuestros casos —pide Ian Harper.
—Papá, no pensarás ponerte a hablar de
trabajo con Gary precisamente ahora —replica Vicki.
—Todo marcha como se esperaba, pero cuando
usted quiera podemos hablar —expone Gary que responde a la pregunta pasando por
alto las quejas de su esposa.
—Está bien muchacho, luego te busco y podremos
conversar, no quiero tener problemas con mi hija.
—Claro señor, cuando quiera.
—Ven Gary, busquemos algo de comer —propone
Vicki nuevamente tomándolo de una mano y guiándolo entre las personas por las
distintas áreas de la casa.
Con cierta dificultad, Gary y Vicki han
llegado hasta la mesa del buffet y tomando un plato se ubican en la fila para
que uno de los mesoneros les sirva un poco de cada uno de los distintos tipos
de canapés que se encuentran exhibidos a lo largo de la gran mesa.
Con mucha discreción, la pareja se aleja del
bullicio y se sientan en uno de los escalones de la gran escalera que lleva a
las habitaciones.
—Cuéntame Gary, ¿cómo estuvo tu día hoy? —pregunta
Vicki muy interesada en saber los detalles.
—No, mis días son siempre iguales, muy
aburridos, mejor cuéntame tu, ¿a qué se debe esta reunión? —pregunta Gary.
—Esta reunión estaba planificada desde hacía
una semana, es para celebrar la firma de un contrato con una escritora, para la
publicación de dos de sus obras —explica Vicki.
—Qué bueno, ¿y tu tendrás alguna
participación en eso?.
—No, papá dice que yo no estoy aun capacitada
para encargarme de un cliente como ese.
—No puedo creer que tu padre aun no confíe en
tus habilidades.
—Tú sabes cómo es él y para no discutir
prefiero aceptar las cosas como son.
Durante un momento disfrutan de la comida en
la tranquilidad de la escalera, alejados del bullicio producido por las voces
de los asistentes, pero unos minutos más tarde, cuando iban a ser las diez de
la noche, son interrumpidos por la llegada de la persona invitada y en honor de
quien se realizaba la reunión. Se trata
de Eleonor Rose, una escritora famosa por sus obras publicadas que rápidamente
se convirtieron en best seller y que recientemente firmó un contrato con la
Editorial Harper Books para la publicación de dos de sus obras.
Eleonor Rose, es una mujer blanca, de mediana
estatura y cabello muy corto de color castaño.
Es conocida no solo por sus múltiples obras sino también por su reciente
y controversial divorcio que fue noticia en todos los periódicos de la ciudad y
que por simple casualidad, resultó haber sido llevado, de manera espectacular
por uno de los abogados de la firma Bowman y Asociados.
El señor Harper sale al encuentro de Eleonor
al enterarse de su llegada, ella intenta desplazarse por la casa, pero un grupo
de personas que la rodean, integrado en su mayoría por periodistas y fotógrafos
que intentan por todos los medios, obtener una respuesta a sus preguntas, no se
lo permiten, por eso el señor Harper tiene que intervenir.
—Por favor señores, por favor... —intenta por
todos los medios el señor Harper que los periodistas dejen avanzar a Eleonor.
Con mucho esfuerzo logran llegar al gran
salón en donde los invitados que los esperaban empiezan a aplaudir a la
escritora justo en el momento que ingresa al salón. Un mesonero que llevaba una bandeja con copas
de champaña se acerca a ellos para ofrecerles, a lo que El señor Harper
reacciona tomando dos de las copas, para entregar una a Eleonor.
—Señores, le pido que tomen sus copas, quiero
hacer un brindis por Eleonor Rose, quien desde hoy formará parte del selecto
grupo de escritores de Harper Books y que con suerte guiada de nuestra mano,
logrará publicar al menos dos nuevos best seller este año —dice el señor Harper
con la copa de champaña en alto.
—Que así sea —expresa Eleonor agradecida.
Todos brindan por el éxito de esta nueva
adquisición del señor Harper, mientras de pie desde la escalera, Vicki y Gary
observan tranquilos el desarrollo del brindis hasta que culminados los saludos
de los invitados a la agasajada, el señor Harper se acerca a ellos.
—Gary, quiero presentarte a la señora Eleonor
Rose —expone el señor Harper.
—Mucho gusto —saluda Gary—, ya nos habíamos
visto antes.
—¿Si? yo no lo recuerdo —comenta la mujer.
—Yo soy abogado de la firma Bowman y
Asociados —explica Gary.
—Por supuesto, los abogados de mi divorcio —recuerda
Eleonor.
—Ella es mi esposa Vicki —decide presentarla
Gary en vista de que el señor Harper la había ignorado.
—Mucho gusto señora —saluda Vicki.
—El gusto es mío querida.
—Gary, ¿querrías acompañarnos un momento al
estudio? —propone el señor Harper.
—Por supuesto señor.
—Ve tranquilo con ellos, yo iré a buscar a mi
mamá —comenta Vicki alejándose del grupo.
El señor Harper guía a Eleonor y a Gary hasta
el estudio, ubicado a un lado de la entrada de la gran casa y cerrando la
puerta les pide:
—Por favor, tomemos asiento para estar más
cómodos.
Todos aceptan y se sientan en los muebles de
un pequeño recibo frente al gran escritorio de madera pulida que se encuentra
en el estudio.
—Gary, como ya sabrás, la señora Eleonor ha
firmado con nosotros, pero tiene varias obras publicadas con su antigua
editorial, ella está interesada en recuperar los derechos sobre ellas —pregunta
el señor Harper.
—Bueno señor Harper, eso es algo que no es
sencillo, por lo general, los escritores firman un contrato y usted lo sabe muy
bien, en el que se estipula la forma como el autor sede los derechos de
publicación a la editorial y en algunas ocasiones, esa cláusula no tiene fecha
de caducidad y el autor ignora ese hecho.
—Pero yo no quiero tener más relaciones con
ellos, algo debe poder hacerse —replica Eleonor.
—Bueno señora Rose, por el momento no puedo
asegurarle nada sin estar bien enterado del tipo de contrato que usted firmó,
tendría que hacerme llegar una copia del contrato para yo estudiarla y poder
hablar con más certeza sobre el caso —propone Gary.
—Está bien, le haré llegar a su oficina
mañana mismo una copia del contrato y luego nos volveremos a reunir —acepta
Eleonor complacida.
—A ver Gary, aprovechando que mi hija no se
encuentra con nosotros, infórmame, ¿que puedes decirme de los casos que tenemos
pendiente? —expresa el señor Harper.
—Como ya le dije, todo va según lo planeado
señor, la demanda ya ha sido introducida y el juez Miller tiene todas las
pruebas en su poder para decidir y deberá dictaminar que tanto usted como el
escritor sean indemnizados por los daños ocasionados, así como el retiro y
destrucción de todas las copias ilegales que se encuentren en las estanterías —explica
Gary.
—Excelente noticia.
—Parece que tienen un problema parecido al
mío —exclama Eleonor.
—No, en este caso se trata de una editorial
de la competencia que publicó sin autorización de nosotros una obra y estamos
peleando eso desde hace algún tiempo.
—¿Pero cómo pudieron hacer algo así? Ustedes
se cuidan mucho —se asombra Eleonor.
—Bueno, nuestro contrato con el escritor
estaba por vencer y el habló con la editorial y les dejó uno de sus
manuscritos. Ellos pensaron que el autor
se iría con ellos definitivamente y procedieron a adelantarse sin contar con
que él volvería a firmar con nosotros y ese detalle les ha ocasionado a todo el
mundo una serie de problemas —explica el señor Harper.
Por un rato más, discuten sobre asuntos
legales y Eleonor aprovecha para hacer las preguntas que siempre había querido
le respondieran y que por cuestiones de oportunidad nunca había logrado conseguir
respuestas.
Casi una hora más tarde, salen del estudio y
se reúnen con los invitados en el salón para continuar la celebración. Gary por su parte, busca a su esposa y ya
juntos continúan disfrutando de la celebración a su manera. A Gary, habiendo sido un niño huérfano, desde
los 14 años, mantenido bajo la protección del estado en un Foster House hasta
la mayoría de edad cuando logró gracias a su empeño y dedicación una beca
completa para estudiar en Harvard, nunca le han gustado ese tipo de fiestas o reuniones
para hacer negocios, para él, la mejor forma de hacer un negocio es reunirse en
su oficina o como mucho en un restaurante y Vicki, a pesar de todo ha sabido
entenderlo y quizás por ese motivo se llevan tan bien.
Hasta ahora, todo marcha tal como lo
planificara la señora Ava. Algunos de los invitados disfrutan del momento
tomando y comiendo mientras otros aprovechan para hablar de negocios y
proyectos a futuro. Esa reunión, al
parecer, es el momento más oportuno para que algunas personas del medio puedan
plantearse oportunidades de negocios y nuevas inversiones.
En un momento de la noche, la señora Ava se
acerca a Vicki y le pide la acompañe hasta la cocina para que la ayude, dejando
solo a Gary a quien no tarda en acercársele Eleonor.
—Abogado, no parece estarse divirtiendo
—comenta la señora Eleonor.
—No soy muy fanático de este tipo de
reuniones.
—Lo entiendo perfectamente.
—No, no creo que me entienda.
—Por supuesto que sí, todos los que se
encuentran en esta reunión, incluyendo al señor Harper, lo están por el interés
de lograr obtener algún beneficio a su favor.
—Eso es muy cierto, pero en mi caso, no
me gustan las reuniones de este tipo, sencillamente porque fui criado en un
Foster House y no tuve la oportunidad de hacer amigos fuera de allí, cuando
llegué a la universidad, estaba tan acostumbrado a estar solo que solo me
dediqué a los estudios y hasta ahora no he podido dejar de sentirme igual.
—¿Usted es huérfano? Lo siento mucho.
—No se preocupe, ya estoy demasiado
grande para lamentar no haber tenido padres.
—Pero imagino que ahora los tiene,
haberse casado con la hija del señor Harper le ha proporcionado la oportunidad
de conseguir a un padre y una madre.
—Siendo sincero, nunca he podido considerar al señor Harper
como a un padre.
—No entiendo por qué.
—El señor Harper es un hombre difícil de
tratar y siempre he tenido la impresión de que nunca estuvo muy de acuerdo con
que yo me casara con su hija.
—No puedo creer lo que me dice.
—Pues sí, es difícil de creer pero así
es.
—Lo siento mucho, yo tampoco pude
llevarme bien con los padres de mi ex esposo, ellos nunca creyeron que yo fuera
un buen partido para su hijo, pero luego del éxito de mi primer libro toso
cambió.
—¿Cambió? Entonces imagino que empeoró.
—De ninguna manera, el éxito y el dinero
los hizo cambiar a mi favor, pero ya era tarde, mis sentimientos hacia ellos no
eran los mejores y para completar, mi esposo también cambió, empezó a usar el
dinero que yo ganaba para jugar y disfrutar con otras mujeres.
—SI, recuerdo los motivos de su
divorcio.
—La vida no es muy justa, abogado, pero
todos debemos aprender a vivir en ella.
Luego de esa corta conversación, señora Eleonor se aleja de Gary que ha quedado impresionado por lo escuchado en boca de la señora Eleonor y que sin duda, dada la experiencia de la mujer, es algo digno de tomar en consideración.
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